La vuelta a la escuela en un país como Guinea Bissau es tarea difícil. Terminar un ciclo educativo completo en las escuelas de este país es algo que casi nadie consigue. A pesar del aumento en el número de matriculaciones en los últimos años, casi la mitad de los menores del país no van a la escuela. Según datos de la UNESCO, los países del África subsahariana tienen los ratios más altos de exclusión educacional, más del 15% de los menores de 11 años no han acudido nunca a la escuela.

Si estos datos hacen pensar en lo difícil que es estudiar en Guinea Bissau, si añadimos el factor de nacer niña y, además, hacerlo en una zona rural, ir a la escuela se convierte en una actividad casi imposible. Un 68% de la población femenina de Guinea Bissau no ha ido nunca a la escuela, mientras que, según la UNESCO, el 23% de las niñas no llegan a acudir a la escuela primaria frente al 15% de los niños. En el momento en el que llegan a la adolescencia, el ratio de exclusión crece hasta el 36%.

La ONG Kasumai de Elche comenzó su trabajo en Guinea Bissau en 2007 con el objetivo de lograr el desarrollo humano, social y económico de la población de este país con la educación como principal instrumento. Por ello desde su llegada ha centrado su trabajo en el ámbito de la salud y la educación, implementando proyectos dirigidos a niñas y mujeres, colectivos fundamentales en el desarrollo del país. Sus proyectos más importantes se han enfocado en la promoción de la enseñanza primaria, la mejora de la salud materna y la reducción de la mortalidad de los menores de 5 años. 

Para lograr un acceso igualitario a la formación, Kasumai creó siete escuelas de educación básica además de una escuela profesional con el objetivo de eliminar las disparidades de género e ingresos y lograr el acceso universal a una educación secundaria de calidad.

La finalización de la educación secundaria es un momento crítico para cualquier joven de zonas rurales en Guinea y, sobre todo, para cualquier mujer. Las escuelas de formación profesional y las universidades se encuentran a grandes distancias de sus poblaciones y, para la mayoría de niñas y chicas de Guinea terminar los estudios significa tener que centrarse en las labores familiares y del hogar y dejar sus aspiraciones personales y laborales de lado.

Por ello la Fundación Esperanza Pertusa va a apoyar a tres jóvenes que han asistido a las escuelas de Kasumai desde muy pequeñas y que han formado parte del proyecto de apadrinamiento de la ONG. Estas chicas han realizado todo el recorrido educativo en los centros creados por Kasumai y, ahora, gracias a la alianza de la ONG con la Fundación podrán asistir a una Escuela Superior para formarse como maestras y así asegurarse un futuro laboral que rompa el ciclo de pobreza de sus familias.

 

 

Con este proyecto contribuimos al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos.

Noviembre 2018